jueves, 25 de septiembre de 2008

Recorriendo la web

El nacimiento de otro mundo imaginario posible: la literatura de masas

A través del presente texto nos introduciremos en los albores de la literatura de masas bajo un desarrollo sintético, cuyos géneros supieron cautivar aquella sociedad europea del siglo XVIII y XIX.
Es así como, en primera instancia, según Walter Benjamin el género policial se asocia con la preocupación que tenía la sociedad burguesa en cuanto a la inseguridad, a raíz de la conformación de las grandes urbes que surgieron a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La masificación hacía casi imposible que la gente pudiese mantener un buen modo de vivir, en un ámbito en donde cada uno se iba conformando como un individuo desconocido por todos los demás, anónimo y despersonalizado.
Comienzan a entretejerse lazos entre la realidad y los mundos posibles de la imaginación que conllevan a que la historia detectivesca coopere en la fantasmagoría de la vida parisina. Tal es así que estas narraciones aparecen por primera vez en Francia al traducirse los cuentos de Alan Poe, como por ejemplo Los Crímenes de la calle Morgue y La carta robada, cuyos resultados aportaron al conocimiento de Baudelaire, quien a partir de estos textos terminó por adoptar a dicho género.
Según Antonio Gramsci “el transito de una novela de este tipo a las de mera aventura viene marcado por un proceso de esquematización de la intriga como tal. Se está en presencia de historias que dan cuenta de la lucha entre la delincuencia profesional y especializada contra las fuerzas del orden legal”.
Asimismo, este arquetipo se ve reflejado en Sherlock Holmes con sus rasgos fundamentales: aspectos científicos y psicológicos. Esto permite conjeturar que la increíble difusión de la novela policíaca en todos los niveles de la sociedad surge como una manifestación de rebeldía contra la mecanización y la standarización de la vida moderna, una forma de evadirse de la rutina cotidiana.
Esta atención europea sobre la literatura del siglo XVIII se sustentó bajo un reconocimiento de lo irracional, lo que se tradujo en la muestra del misterio y el horror, que se consolidó con la novela gótica inglesa. Este postulado entró en conflicto con el secularismo y la racionalidad que había caracterizado al pensamiento moderno y es por ello que se indagó sobre una solución dialéctica capaz de explicarlo.
Fue así que en este contexto surgió el género fantástico, el que pretendió canalizar la oposición entre lo natural y lo sobrenatural, pero con la característica de que lo insólito se mostraba únicamente de soslayo.
Con el avance de estos géneros y con el desarrollo de la vida moderna, comenzó a incorporarse la ciencia ficción como otra forma narrativa en la literatura. Esta ficcionalización emergió como un subproducto del avance tecnológico de la Modernidad.
Así como en la novela detectivesca el factor desencadenante fue la organización oficial de los cuerpos de vigilancia y seguridad, y el desarrollo de los métodos científicos para la investigación criminal, en la ficción lo sobrenatural recibe el respaldo de una base científica imaginaria, es decir, que el hombre ingresa a un ámbito en donde deja de tener vigencia el orden de lo cotidiano.
En consecuencia con este criterio, Darko Suvin postula que “en la ciencia ficción prevalece la hegemonía narrativa de un Novum (hecho novedoso) validado mediante la lógica cognoscitiva; hay un eje teórico”. Sin embargo, también se presenta otra exigencia ineludible dentro de este género: la resolución debe ser verosímil en plena coherencia con los datos que la narración ha ido desarrollando.

Referentes de los géneros de masas en la literatura argentina

Eduardo Holmberg (1852-1937) fue el autor del primer cuento policial que se publicó en Argentina: La bolsa de Huesos, cuya primera modalidad fue presentada en series. Asimismo, este hombre también fue el creador de Horacio Kalibang o los autómatas, otro referente de la narrativa de ciencia ficción.
Leopoldo Lugones en Yzur y El Psychon da cuenta de cómo el hecho de ir en contra del orden de la naturaleza castiga al científico, lo cual conlleva a la intransferibilidad de los resultados de los experimentos, siendo estos fenómenos incapaces de ser repetidos.
El hombre artificial (1910) de Horacio Quiroga es un cuento de la literatura fantástica, en el que hay un conjunto de tópicos que se entraman y una narración discursiva como modo concreto.
Seis problemas para don Isidro Parodi son seis cuentos que fueron creados por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, en los cuales se presenta a la parodia como un recurso aplicable al género policial. Este último también fue autor de otro referente del género fantástico, como es la La Invención de Morel.
A partir de la década del ´50 se consolida en la Argentina otro género literario que desde la gráfica verbo-icónica había comenzado a manifestarse en las primeras décadas del siglo XX y que con el paso del tiempo fue adquiriendo una relevancia masiva: la historieta.
Fue a mitad del siglo cuando Héctor Oesterheld abrió un camino importante para este nuevo género, con su obra cúlmine conocida como El Eternauta. Asimismo, en cuanto al argumento Juan Sasturain sostiene:”La aventura no es un género narrativo sino un elemento estructural en todo el relato, una categoría horizontal que atraviesa las diferentes formas de la narrativa, de la literatura al cine, y la historieta o la televisión”.
Por otra parte, los años sesenta trajeron otra suerte de ícono para la literatura argentina. En las manos de Quino se creó el personaje de Mafalda, obra de gran trayectoria que ha recorrido el mundo y que ha traspasado todos los límites generacionales.

2 comentarios:

Victoria Hammar dijo...

Hola Andrea, tenés que darle más vida a tu blog! invitá a amigos a visitarlo y comentar los artículos. Hay que activarlo!
Saludos

Marcela Obando dijo...

Es muy interesante la temática de tu blog. Me gustaria que ampliaras sobre Sherlock Holmes porque me interesa conocer las caracteristcias de la novela policíaca.
En cuanto a la literatura argentina
también me interesa conocer detalles de Héctor Oesterheld y su importante obra El Eternauta.